Compartiremos experiencias sobre los movimientos de las redes sociales en nuestras vidas. Articulándolas con los abordajes de la Psicología comunitaria, sistémica, psicoanálisis, constructivismo... desde investigaciones a poemas... todo aquello que nos permitan describir la cotidianeidad del encuentro.
miércoles, 28 de enero de 2009
Ellos también quieren ser escuchados
juanjo
Señores directores: Soy profesora de Formación Ética y Ciudadana. Quiero compartir con ustedes lo que vivieron mis alumnos de 9° año en la última inundación. Estos son fragmentos de cartas que ellos escribieron, representan sus voces, su indignación, sus sentimientos, sus reclamos, y aunque parezca mentira, sus esperanzas...
"Siento, al repetirse la misma historia, un poco más de dolor, miedo, impotencia y ganas de dejar todo así y no empezar más. Cada cosa que conformaba mi hogar está destruida. Más allá de lo material es el sacrificio que pusimos para poder vivir dignamente. Siento el dolor de mis padres al tener que levantar sus pertenencias, el miedo de mis hermanos al ver lo anormal que se volvía el día con agua en la calle donde andaban en bicicleta, en la casa donde por la noche duermen y miran la televisión". (Mayra).>
"Al ver que el agua se llevaba el esfuerzo de toda una vida (...) la tristeza no tiene fin. Sin embargo, con ella renace una nueva esperanza de volver a empezar aunque sabemos que las cosas no serán lo mismo de antes" (Alexis, Antonella, Cecilia, Lucía, Facundo).>
"Vi como la gente, que estaba recuperando sus cosas perdidas, tuvo que salir corriendo por donde podía para sacar sus pertenencias (...) Yo tuve tres familias en casa, fue difícil la convivencia pero estuvimos secos". (Cristina, Daiana, Emilce, Yanet).>
"Fueron días muy feos. ¿Qué haremos ahora? ¿Se podrá volver a empezar? ¿Tendremos ganas de volver a empezar? Ya estamos cansados que den un paso al costado. Nos preguntamos dónde está el gobierno. Que dé la cara, que se haga presente y ponga un poco de amor en su corazón y arregle Santo Tomé (...) Me gustaría que el gobernador lea esta carta, ponga una mano en su corazón y haga lo que hace falta para nuestra provincia. Ya no queremos ver más evacuados levantando sus cosas y andando en el medio del agua". (Victoria).>
"Sólo quiero pedir que sean conscientes de lo que pasó, que esto nos pone a prueba para que sepamos resolverlo (...) Esto es todo lo que quería contarles, espero sepan valorar lo que escribí. Gracias". (Carlos).>
Como docente espero que todos, en especial nuestros gobernantes, aprendamos a escuchar estas voces -muchas veces olvidadas- para colmar sus esperanzas... para construir un país que los proteja y represente.>
Fiorela
martes, 27 de enero de 2009
Hormigas por Javier González
En esta ocasión, en este 2007, también se apeló a la imprevisibilidad de una lluvia excepcional para la época. En parte es cierto que en estos pocos días de marzo llovió más de la media anual en nuestra ciudad, pero la explicación -hay que aclararlo- no dejó satisfecho a nadie.
Lo que los profesionales y el Estado no sabían o no decían, intuitivamente o casi empíricamente lo sospechaban muchas personas.
Allá por noviembre de 2006
Andrés se mostraba muy alarmado. Había conseguido trabajo en la construcción de la circunvalación al noroeste de la ciudad y comentaba que había que monitorear el comportamiento del río Salado, porque estaba teniendo un crecimiento mucho mayor al que decía el gobierno y temía por el estado de las defensas. Investiguen, reclamaba, porque yo tengo miedo.
A principios del 2007
Ferrer, nuestro vecino jubilado, traía la novedad de que las hormigas estaban invadiendo nuevamente el barrio. Como en el 2003, las hormigas buscaban las partes altas de la ciudad, invadiendo jardines, árboles y canteros. Nada las combatía, ni el agua hirviendo de doña Celsa, ni los polvos venenosos ni los conjuros mágicos de la vieja Lydia.
Pero la situación era diferente a la de cuatro años atrás porque lo que aparecía amenazante no era el Salado sino el río Paraná.
La laguna Setúbal crecía día a día, devorándose las playas del este, desapareciendo con sus aguas marrones la escasa arena a las cuales se recurre para paliar un poco los efectos del caluroso enero santafesino.
Por ese entonces el Gobierno provincial se empeñaba en desmentirnos la percepción y por principios de marzo decía -por boca del Ministro de Asuntos Hídricos Alberto Joaquín- que militante políticos disfrazados de militantes sociales buscaban crear pánico en los vecinos de Santa Fe alertándolos sobre el peligro de una inundación inminente.
Quizás las hormigas, los militantes políticos disfrazados, Andrés o mi vecino Ferrer no terminaron de acertar cabalmente sus pronósticos, pero intuitivamente sabían -vaya uno a saber porqué- que alguna inundación se avecinaba.
El cambio climático no es sólo un tema para películas catástrofe, es una realidad y la causa no habrá que buscarla en la naturaleza sino en la lógica irracional y depredadora del capitalismo.
Solo nuestro entrerriano gobernador, Jorge Obeid intentó dejar "pegado" a Dios en la responsabilidad, quizás pensando que los jueces colocados por el poder político y económico, jamás se animarían a enjuiciarlo.
Casi como una confirmación de la crisis que atraviesa la Iglesia Católica argentina, sólo Monseñor Arancedo salió a defenderlo, "no le echen la culpa a Dios…" tronó la voz del representante eclesiástico.
Lástima que Gabo esté tan viejo, porque sólo él podría escribir una historia en la cual aparezcan involucrados un gobernador malhumorado y caprichoso, un monseñor cuestionado, una ciudad que se inunda, un intendente sospechado de corrupción, un venezolano que cobró muy buena plata por un plan de contingencia que nunca se aplicó, partidos políticos preocupados por cerrar sus listas de candidatos a las próximas elecciones, una ciudad amurallada para defenderse del agua pero sin bombas para evacuarla. Pero claro García Márquez escribe ficción y esto -lamentablemente- es parte de nuestra realidad.
Miles de personas siguen evacuadas, otras miles ocupan los techos de sus viviendas inundadas dispuestas a todo para evitar que otros pobres acaben con lo poco que el agua les permitió salvar. A tiros se defienden. Otros tantos realizan piquetes, cortan calles y avenidas, putean y son puteados, reclaman pero nadie escucha.
Otros menos se aprovechan, "cobran peaje", aprietan a otros vecinos, buscan consuelo en el alcohol y contribuyen, sin saberlo, a perpetuar la injusticia del sistema que los ha transformado en eso.
El agua sube, los políticos desaparecen. A diestra y siniestra, oficialismo y oposición pierden de golpe su capacidad verborrágica. Ya no hay grandes discursos, desaparecen los grandes proyectos, ya no hay polémicas preelectorales, ya no hay cámaras donde mostrarse.
Pero afortunadamente hay "democracia" y por ende elecciones. Y aunque sepamos que en realidad cuando votamos no elegimos nada, ellos también lo saben y entonces se pelean, se boicotean, discuten, se enfrentan, buscando ese lugar en la boleta electoral que, por pequeño que sea, les garantice un futuro tranquilo.
Pura adrenalina. ¿Cómo escapar a la irresistible tentación de pensar en un futuro sin penurias económicas, regada de billetes producto del "retorno" de la política?
No es el "Estado ausente", es el "Estado presente" el principal responsable de todas las penurias que asolan Santa Fe desde hace años. Un Estado rico, lleno de plata producto de la soja, ciudades inmensamente pobres y en decadencia, miles de trabajadores con empleos precarios y muy mal remunerados, sojeros en 4x4.
Hace años que burgueses y políticos del régimen han tomado partido, no están ausentes, están bien presentes a la hora de diseñar, apoyar y votar leyes y proyectos que gradualmente han ayudado a construir este presente nefasto. Y más allá que el 2001 había traído el reclamo de "que se vayan todos", todos se quedaron, se reciclaron, adecuaron su discurso y siguen en carrera, inmutables como si nada fuera responsabilidad de ellos.
Provincia millonaria, Santa Fe invencible, provincia sojera, ejemplo para el país, provincia desocupada, ciudad sin desagües, sin defensas, sin cloacas, sin bombas, ciudad inundada, revolución educativa.
jueves, 22 de enero de 2009
James Kelly -Epistemología contextualista-
Kelly propone una epistemología contextualista para la investigación ecológica en la Psicología Comunitaria. Este enfoque “define la relación entre el observador y el observado (participante) como la fuente para la construcción de significado sobre el fenómeno a ser estudiado. Las personas y los sistemas se vuelven comprensibles cuando son considerados parte de un contexto social multideterminado” . Desde esta postura se afirma que el significado sobre las personas y los sistemas en contexto sólo es posible entenderlos en la medida que el observador desarrolle criterios de definición mutua con los observados. Se considera que los rasgos múltiples y diversos del contexto afectan tanto al observado como al observador. “Lo que se construye teóricamente sobre las personas y sus medios sociales surge a medida que el investigador aprende sobre los acontecimientos y procesos relacionados con la construcción social de sus contextos y el (los) contexto (s) de los participantes y experimenta con ellos” .
Según este autor, en el enfoque ecológico el estilo de trabajo es colaborativo. En el sentido que el proceso de investigación compromete tanto al investigador como a los demás participantes en la definición de una relación de trabajo que integre la investigación y la práctica (Kelly 1992).
La significación de la información resultante de una investigación se genera en las interacciones sociales. Es por ello que el abordaje ecológico presta atención a los procesos interactivos que significan cada situación. Incluso, es esta actitud investigadora la que autentifica la información dando el lugar que le corresponde a los observados, es decir, el de constructores de este contexto en particular. “La valoración del contexto permite al investigador escuchar las voces de otros y proporciona la oportunidad para conferir poder a otros. Tanto para el investigador como para el participante, “ganar una voz” presupone diálogo, trabajo entrelazado, escucha e intervención empática”.
Resumiendo el significado explícito de la perspectiva ecológica y su validez está en el hecho de que las construcciones son generadas desde la comunidad. El investigador debe sumergirse dentro del fenómeno ya que en la familiaridad con los procesos sociales recibirá, por parte de éstos, los recursos para realizar la investigación de manera honesta y efectiva. Las redes sociales y sus modalidades de contacto fácil serán un recurso comunitario importante para conformar una investigación. Esto siempre que dicha investigación sea coherente con el derivado de los procesos sociales. El entendimiento de las redes depende de la preservación de éstas como procesos sociales constructores de realidad.
miércoles, 21 de enero de 2009
Breve reseña de la TGS
La Teoría General de los Sistemas fue desarrollada por el biólogo austro-canadiense Ludwing Von Bertalanffy en 1968. Basado en la concepción de que el mundo conceptual no puede ser isomórfico con la realidad, Bertalanffy propone encontrar correspondencias entre los sistemas que se generan en la conceptualización de la realidad.
La T.G.S. se nutrió de grandes teorizaciones. Entre ellas la Teoría de la Comunicación de los norteamericanos Shannon y Weaver (1949). Sin embargo, sólo con el concepto de retroalimentación de la cibernética pudo salir del mundo lineal en que se concibió.
Otra teoría de la cual se nutrió fue la generada por el biólogo, antropólogo y epistemólogo Gregory Bateson (1956), quien propuso la noción de contexto como elemento fundamental de toda comunicación y significación, pues cada fenómeno tiene su importancia dentro del contexto en que se produce. El aprendizaje, por ejemplo, será entonces por Bateson concebido “en contexto”, es decir, como un producto del intercambio entre el individuo y el ambiente.
Bateson es quien, junto con un grupo de investigadores de Palo Alto, toma la iniciativa de introducir la Cibernética a las Ciencias Sociales. Interesado en formular una teoría de la comunicación en los animales (tenía en mente una teoría general de la comunicación) organiza un grupo integrado por John Weakland, Jay Haley, Virginia Satir, Jules Riaskin, William Fry, Paul Watzlawick y luego Don Jackson. Surge entonces el M.R.I. “El M.R.I. o grupo de Palo Alto se convierte en uno de los principales centros de investigación, formación y asistencia en el campo de la teoría familiar”[1].
Dentro de este grupo, Watzlawick, Beavin y Jackson desarrollan la Teoría de la Comunicación Humana y plantean axiomas sobre ella. En general estos científicos comparten la concepción de que la comunicación es, “...un proceso social permanente que integra múltiples modos de comportamiento, la palabra, el gesto, la mirada, la mímica, el espacio interindividual, etc.”[2]. Estos autores serían los cimientos de una revolución que modificaría el rumbo de la Psicología Sistémica y daría inicio a las Teorías de las Redes Sociales entre otros avances. Esta revolución se terminó de plasmar en el paradigma de la segunda cibernética.
La segunda cibernética surge del biomatemático y filósofo Heinz Von Foerster y los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela. Para Von Foerster, “la reintroducción del observador, la pérdida de la neutralidad y de la objetividad, son requisitos fundamentales para una epistemología de los sistemas vivientes”[3]. Modificará entonces la frase de Korszybski: “el mapa no es el territorio” (cibernética de primer orden), por: “el mapa es el territorio” dando cuenta de lo anterior.
De esta manera la cibernética se transforma en cibernética de la cibernética, el estudio del observador observando su propia observación. Desde esta postura no somos descubridores de un mundo exterior a nosotros, sino inventores o constructores de la propia realidad. Von Foerster dirá “hay efectivamente un continuo proceso circular y repetitivo en el que la epistemología determina lo que vemos, esto establece lo que hacemos; a la vez nuestras acciones organizan lo que sucede en nuestro mundo, que luego determina nuestra epistemología”[4]. El ser humano, determinado estructuralmente, sólo podrá responder desde esa estructura y lo externo sólo puede provocar cambios estructurales determinados en él.
Sin embargo, Von Foerster desarrolla, también, junto a Maturana la noción de acoplamiento estructural; dice Jutoran al respecto: “la noción de acoplamiento estructural es fundamental pues refiere a la dinámica que hace posible que ser vivo y medio, aunque sistemas determinados en su estructura, cambien estas estructuras de manera coherente, de modo que el ser vivo mientras vive genera conductas concordantes con el medio”[5].
Este gran desarrollo científico y epistemológico concluyó en el construccionismo que promueve el abandono del paradigma de la objetividad y propone una epistemología de la complejidad abriéndose de la individualidad a lo social, de la parte al sistema, del sujeto pasivo al sujeto activo partícipe de la construcción social, de la realidad cotidiana.
[1] JUTORAN, Sara. El proceso de las ideas sistémico-cibernético. (En prensa), p. 3.
[2] WATZLAWICK, P., BEAVIN, J., JACKSON, D. Teoría de la comunicación Humana. Editorial Tiempo. Buenos Aires, 1967.
[3] VON FOERSTER, H. Las semillas de la cibernética. Citado por NAJMANOVICH, Denise. Redes, El lenguaje de los vínculos. Editorial Paidós. Buenos Aires, 1995, p. 63.
[4] Ibíd. P, 64.
[5] JUTORAN, Sara. Opus cit., p. 4.
lunes, 19 de enero de 2009
"A cada hombre, a cada mujer"
Juanjo
pueden escucharlo aqui: http://www.youtube.com/watch?v=slFBMW8ggLU
A cada hombre, a cada mujer
Yo canto para alcanzarte
atravesando todo el azul
Yo canto para mostrarte que sangro igual que vos
y está oscuro en esta cárcel
que soy desde que tengo memoria
y está ciega mi mirada
sin tu luz.
Yo canto para abrazarte
porque encenderte ya no me basta
yo canto para librarme
de las cadenas negras de ideas y palabras
que trazan una línea en el agua
dividiendo lo indivisible
vos y yo.
Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en mí.
Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en ti.
Yo canto para escucharte
porque tu voz es la melodía
canto para nombrarte
en incontables nombres y rostros y señales,
la gota de agua, el pan, los trigales,
reflejando cada espiga
todo el sol.
reflejando cada espiga
todo el sol.
reflejando cada espiga
todo el sol.
Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en mí.
Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en ti.
Serú Girán
domingo, 18 de enero de 2009
Sebastián Bertucelli
Presentaré algunos de sus conceptos centrales, sin querer con ello, revisar en su totalidad el amplio trabajo en salud pública tanto en el nivel nacional como internacional.
En contraposición a los planteamientos tradicionales de promoción social -cuya visión diagnóstica expresa en términos estáticos-cuantitativos la dimensión carente, enferma e ignorante de la población- Bertucelli plantea un modelo de intervención que se acopla a los movimientos de búsqueda de bienestar existente en la población. En este sentido sostiene que “en el contexto de la atención primaria de salud, en micropoblaciones, concebimos estratégicamente a la epidemiología como endoepidemiología, es decir, el estudio y la articulación de movimientos de búsqueda de salud genuinos o primordiales que se generan en las poblaciones de las Américas, aún en las de riesgo ecológico social, para tener efecto en las enfermedades que la visiten o residen en ellas”[1] .
Las intervenciones en Salud Pública, generalmente, construyen espacios fundantes, es decir, “cortan y empiezan de nuevo”, como si no existiera microhistorias locales, como si ya no hubiera ensayos en curso (Bertucelli 1995). Mientras que, desde la endoepidemiología, la intervención en redes comunitarias se apoya en los movimientos de búsqueda de salud existente sin pretender, ingenuamente, crear movimientos nuevos (Bertucelli 1995). Es decir, el modo de organización de las redes ya existe, aunque suene una verdad obvia, es en estos modos autóctonos de operar donde el psicólogo acoplará su funcionamiento. “Los profesionales no marcamos el camino, sino que debemos aprender a buscar, dejarnos llevar y servir en el contexto de estructuras heterárquicas”[2].
La forma de ejercicio de poder de la comunidad y del profesional que se acopla estructuralmente es la de heterarquía (heteros: el otro, y archein: gobernar). De este modo Bertucelli sostiene que “en cierto momento puede ser uno de sus vecinos el que esté tomando las decisiones, en otro momento tú, en tanto vecino de otros. Esta organización es, por supuesto, lo opuesto de una ‘jerarquía’, donde el santo (hieros) gobierna, donde el jefe tiene todo el poder, y la línea de mando va de arriba hacia abajo”[3]. De esta manera, el mismo, sumerge el trabajo psicológico en la complejidad del orden comunitario. De esta manera, el que mejor ubicado está no es el que tiene mayor información sino el que dispone de mejores llegadas de confianza. En este sentido la aproximación diagnóstica es colaborativa y en proceso y se manifiesta en la disponibilidad de las “familias llaves”: “Las familias llave son definidas por el arraigo (más de diez años en el barrio) y relaciones socio afectivas en el lugar. Las familias llave posibilitan eficazmente el ingreso a los domicilios en un contexto de relaciones de confianza”[4]. En las visitas a dichas familias, se conformará un mapa de la zona donde se van trazando las redes que constituyen las familias parte de sus llegadas de confianza. Estas familias, no sólo aportan información fidedigna sustentada en las relaciones de confianza de los informantes claves sino, también, el acceso a ellos.
En este modo de abordaje, la captura dinámica a través del seguimiento poblacional proporcionado por la georreferenciación, es sumamente necesaria ya que permite una base de datos en el lugar de gestión.
Por otra parte, Bertucelli señala que estas redes, que sostienen cotidianamente la resolución de problemas, son de carácter inespecífico, y las denomina redes de salud primordial (Bertucelli 1995). Estas “son redes de primer orden, inespecíficas, no son factores protectores específicos para un problema, sino que son para todos o muchísimos problemas. Es el vacío genérico y generante de todo efecto puntual”[5]. Apoyado en estas redes de salud primordial es desde donde se puede progresar sustentadamente hacia responsabilidades sociales más amplias brindando una base cada vez más sólida a sistemas de vida democráticos (Bertucelli 2001).
El modo de resolución de problemas, desde la intervención comunitaria, debe acoplarse estructuralmente al modo de resolución de la comunidad. Esto se hace fomentando la salud primordial existente en el área. “Vamos interviniendo apoyados en procesos colaborativos no ya para reducir la incidencia de un desorden mental controlando sus factores de riesgo específicos sino para, articulándonos al movimiento de las redes comunitarias, ampliar los factores protectores sitiando progresivamente al opuesto del sistema. No para evitar sino para posibilitar que ocurra algo positivo en términos de sostener o recuperar el bienestar”[6]. Será este modo de abordaje el que justifique una correcta articulación entre los programas de salud específica y aquellos que integran en sus objetivos la salud primordial, es decir, de autogestión comunitaria en salud. “En primer lugar deben desarrollarse los factores protectores inespecíficos o de primer orden, en términos de promoción de salud, y en segundo lugar, construirse, para completar la intervención comunitaria, factores protectores específicos para cada problemática poblacional”.[7]
Soportes propios de las comunidades que siguen nutriendo de salud, aún ante los intentos insistentes de los sistemas de salud y de la comunidad científica, de “...incorporar y convertir a los habitantes de las poblaciones indolatinoamericanas a patrones jerárquicos de organización que conducen a la ineficacia e ineficiencia”[8]
[1] BERTUCELLI, Sebastián. Opus cit, p. 183.
[2] Ídem. p. 184.
[3] Ídem. p. 184.
[4] BERTUCELLI, Sebastián. Redes Comunitarias en salud pública. La experiencia de Río Tercero. Fundación Banco de Río Tercero. Córdoba, 1997, p. 59.
[5] BERTUCELLI, S. “Gestión de políticas sociales desde el enfoque de red”. En: Actas de 7ª Congreso Redes y Salud (Rosario 1-5 de Septiembre de 1998). V I. 2000, p. 138.
[6] BERTUCELLI, S. y otros. Centros de Acción Comunitaria: una nueva y antigua estrategia institucional para generar políticas sociales. En Educación, Salud y Trabajo. Revista Iberoamericana. Co-edición Universidad Nacional de Rosario y Universidad de Extremadura. Junio del 2001, p. 40.
[7] Ibíd.
[8] BERTUCELLI. De la epidemiología a la endoepidemiología..., p. 190.
Por último les dejo una url para que puedan acceder a una entrevista A Sebastián Bertucelli hecha en Radio LV3 de Córdoba. Esta es un ejemplo del modo de operar en contexto, en este caso, en comunidades educativas.
http://www.lv3.com.ar/post_ampliado.asp?post=9961
Hasta la próxima. Sus comentarios enriquecen.
Juanjo.
sábado, 17 de enero de 2009
CRÓNICAS DEL AGUA
Mónica Russomanno
INICIOS DE LA PSICOLOGÍA COMUNITARIA
Inicio de la Psicología Comunitaria
Kelly (1992) señala que la psicología comunitaria nace como una propuesta alterna al modelo individual-reduccionista centrado en la clínica. Impulsada por los desarrollos de psiquiatras, que trasladaron temas de la Medicina Social y la comprensión de los efectos de la interacción individuo-ambiente a la Salud Mental, nace esta rama de la Psicología. Entre ellos se encontraban Adolfo Meyer quien, junto a Instituciones como el Comité Nacional para la Higiene Mental, impulsó un verdadero movimiento de salud mental. Estos trabajos se vieron fortalecidos con los aportes de Harry Stack Sullivan, quien privilegiaba las experiencias sociales de las personas como los aspectos más poderosos en la determinación de la salud[1]. A su vez, este, recogió influencia de autores como Mead, Benedict, K Horney, Eric Fromm, Alfred Adler. Luego se fueron sumando el Psicoanálisis Del Yo de Hartmann, Rappaport y Ericsson, la visión ecologista de la ontogénesis humana de Spitz entre otros y los aportes de Kurt Lewin para la comprensión de la dinámica psicosocial del ser humano.
Estos aportes, junto a prácticas preventivas, llevaron a especialistas como Caplan, Bellak, Duhl y Leighton a proponer estrategias de acción que implicaran la inserción de los agentes profesionales de la salud en la comunidad. Se va, de esta manera, orientando paulatinamente el trabajo clínico de los psicólogos, tradicionalmente pasivo y en espera de demandas de patologías, hacia la inserción en centros comunitarios y, luego, al desempeño de un rol activo en la comunidad, dirigido hacia lo no dañado. “Gelfand y Kelly en 1960 propugnan que los psicólogos deben situar sus trabajos en la comunidad y dirigir sus esfuerzos hacia la salud y no hacia la enfermedad; destacando que en el campo de lo ‘sano’, trabajando en orientaciones preventivas, es donde la psicología puede hacer sus más genuinos y mejores aportes. En el mismo sentido, tres años después, Jones y Levine solicitan el rechazo del modelo de trabajo con lo patológico y la preocupación por proteger y promover la ‘conducta saludable’”[2].
Debido a una crisis surgida en el campo de la Psicología Clínica en la década de los 60 se impulsó una reunión de psicólogos denominada “Conferencia sobre la Educación de Psicólogos para la Salud Mental Comunitaria”. En ésta se usa por primera vez el término “Psicología Comunitaria” y junto con la fundación de la División 27 de Psicología Comunitaria en la Asociación Psicológica Americana constituyen dos de los hitos más importantes del surgimiento de la Psicología Comunitaria en Estados Unidos, la cual tuvo una rápida difusión en América Latina.
[1] KELLY, James. Psicología comunitaria. El enfoque ecológico contextualista. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, 1992, p. 17.
[2] Ídem, p. 17.
BIENVENIDOS
Como psicólogo aportaré algunos fundamentos teóricos de la Psic. comunitaria para que se transforme en la base del intercambio experiencial entre los "enredados" virtuales.
También podremos publicar noticias de encuentros de formación para profesionales y no-profesionales; y muchas cosas más...
Este blog se abre al camino de lo diverso... sabiendo que no marcamos el camino sino que nos dejamos llevar... (parafraseando a Bertucelli).