lunes, 2 de marzo de 2009

Teoría de las Redes Sociales (II)

Ante el advenimiento de la cibernética de segundo orden se adoptó un nuevo nivel de análisis de los procesos sistémicos: la narrativa.
“La reivindicación de la dimensión semántica en la comprensión de la interacción humana se puede considerar una reacción a la lectura excesivamente pragmática de la terapia sistémica en su primera época. Por otra parte, el rechazo de los conceptos mecanicistas subyacentes a la Teoría General Sistémica y el re-descubrimiento de la importancia de la dimensión histórica, narrativa y lingüística en terapia sistémica responden quizás a las mismas causas. Este giro discursivo, semántico y narrativo es propio de toda la Psicología contemporánea...” .
La narrativa, según Sluzki (1996), es: “...el campo de las historias en común, compartidas por las familias (de hecho, ser parte de una familia implica necesariamente compartir historias, descripciones, valores, anécdotas), por los grupos sociales (desde las ideologías compartidas por un grupo religioso hasta las mitologías compartidas por una cultura) y, muy relevante para nuestro tema, progresivamente compartidas por terapeutas y pacientes en el curso de la consulta. Con la incorporación de este nivel de análisis, las terapias sistémicas expandieron su base conceptual al inscribirse dentro del construccionismo social, que define a la realidad como acuerdos narrativos co-organizados en conversaciones” . Aquí la atención no se focalizaría sobre el individuo, sistema o red exclusivamente sino en la narrativa, es decir, las conversaciones que definen los problemas, que construyen realidad. “Los seres humanos organizamos nuestros significados en el curso de nuestras actividades sociales, es decir nuestra organización de la realidad se genera, corrige, confirma o evoluciona en consenso” . Debido a ello, dentro de las redes sociales, se construyen aprendizajes que indican la manera en que debemos conducirnos, así como la manera en que se conducirán los demás. Esto se articula con lo que Bateson, mucho antes de las teorías de las Redes Sociales, denomina “contexto de aprendizaje”:
“El concepto de aprendizaje está asociado de forma inseparable del de contexto, en el sentido de que ningún aprendizaje es concebible fuera de un contexto que se supone ser de carácter repetible.
El contexto es definido en su condición de ámbito de aprendizaje, como un término que reúne todos aquellos acontecimientos que indican al organismo cuál es el conjunto de alternativas entre las cuales debe realizar la próxima elección, que será la que guíe su conducta.
El concepto de contexto de aprendizaje, en lugar de describir cualidades y características individuales, describe los intercambios e influencias recíprocas entre el individuo y el ambiente que lo rodea.
El contexto de aprendizaje, además de considerarse un instrumento de análisis para la puntuación de la interacción humana, se entiende como el modo fundamental de puntuar los acontecimientos, segmentar las secuencias de la experiencia diaria, atribuirles un significado especial y disponer de un repertorio, lo bastante codificado y estructurado, de respuestas-estímulo” . Este concepto contribuye al entendimiento del modo en que las redes sociales influyen en el individuo y viceversa.