La Psicología de la Liberación: Aprendiendo de América Latina1
Mark Burton
Manchester Learning Disability Partnership; Manchester Metropolitan University, y The University of Northumbria at Newcastle
Resumen
La Psicología Social de la Liberación (PSL) ha sido desarrollada por un movimiento de psicólogos en América Latina durante la última década. Este artículo explora el contexto en el que la PSL creció desde los trabajos de Ignacio Martín-Baró y su ulterior desarrollo por Maritza Montero, entre otros. En la PSL surgen conceptos claves que incluyen conscientización, realismo crítico, desideologización, marco social, opción preferencial por las mayorías oprimidas y eclecticismo metodológico. La aplicación de la PSL se ha dirigido a tres áreas. En primer lugar, se sugiere que la psicología comunitaria practicada en algunos lugares de América Latina refleja la PSL en su énfasis por la transformación social y el uso de métodos participativos. En segundo lugar, el trabajo psicosocial con víctimas de la represión estatal, enfocado a nivel de la sociedad, es ejemplo paradigmático de la PSL. En tercer lugar, los análisis político-psico-sociales de la realidad de los países latinoamericanos toman en cuenta, de manera diversa, los principios y conceptos de la PSL. Para concluir se discuten algunos de los retos que enfrenta la PSL.
La psicología social de la liberación
En la última década del siglo XX, la Psicología Social de la Liberación (PSL) ha surgido como un nuevo campo en América Latina. A pesar de que sus orígenes se ubican en los setenta y ochenta, hasta hace poco los psicólogos están utilizado tal término para identificar y orientar su trabajo. Asimismo esta orientación empieza a tener interés en Europa (Blanco, 1998; Burton, en prensa; de la Corte Ibáñez, 1998, 2001, s/f) y Estados Unidos (Lykes, 2000; Watts y Serrano-García, 2003).
La psicología latinoamericana de la liberación puede entenderse como parte de un proyecto más amplio de teoría y práctica liberadora que surgió en el contexto del trabajo para y con poblaciones oprimidas en toda América Latina, tal proyecto ha sido recientemente sintetizado y formalizado por el filósofo Enrique Dussel (Alcoff y Mendieta, 2000; Dussel, 1997, 1998). Los contextos sociopolíticos claves para este trabajo han incluido la represión y la guerra civil en El Salvador (Martín Baró, Gaborit); las repercusiones de las dictaduras en Chile, Argentina y otros países (Lira, Becker, Langer y otros); la experiencia de comunidades marginadas y/o migratorias pobres en Venezuela (Montero, Sánchez, Weisenfeld y otros), Puerto Rico (Serrano García), Costa Rica (Dobles, Cordero) y Brasil (Maurer, Lane, Quintal de Freitas y otros). También otras contribuciones se han desarrollado en México (Jiménez, Vázquez, Flores), Estados Unidos (Aron, Corne, Lykes, Sloan, Prilleltensky y Watts), Cuba (González Rey, Tovar y otros) y España (a través de comentarios realizados por Blanco y de la Corte Ibáñez). A parte de estos autores, hay otros que trabajan explícitamente o implícitamente dentro de una orientación amplia que se puede denominar psicología social de la liberación (p. e., Seedat en África del Sur; Bishop, Drew, Veno, Thomas y otros en Australia y Nueva Zelandia; Kagan y otros en Bretaña).
¿Por qué considerar la Psicología Social de la Liberación?
Es importante reconocer que la PSL se ha desarrollado en un contexto muy diferente al nuestro, al europeo. Las sociedades de América Latina tienen una identidad específica, que se caracteriza por una mayor extensión de la pobreza y por una exclusión social endémica. En muchos casos, esto afecta a la mayoría de la población y es resultado de la dependencia de sus economías. Por eso, en todos los países, hay desigualdades severas (Sánchez y Wiesenfeld, 1991). Si bien tienen relativamente pequeños sectores formales de servicios de salud y bienestar social, el hecho es que las actividades que realizan los psicólogos a menudo se centran en las universidades o trabajan en el sector privado. Asimismo, los intelectuales se integran menos a los sistemas del Estado que en Europa, lo cual con frecuencia les han permitido una cierta libertad de desarrollar los enfoques autónomos que no son de interés para el Estado ni para las oligarquías locales (Jiménez, 1990). Las tradiciones intelectuales en la psicología y las ciencias sociales son distintas a las de los países anglosajones, siendo en buena medida más cercanas a las de la Europa continental, pero con sus propios elementos distintivos. A pesar de las diferencias, por varias razones es necesario considerar este corpus latinoamericano de trabajos.
"El saber psicológico debe ponerse al servicio de una sociedad donde el bienestar de los menos no se asiente sobre el malestar de los más, donde la realización de los unos no requiere la negación de los otros, donde el interés de los pocos no exija la deshumanización". Martín Baró
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